Al término de la Asamblea General de la Conferencia Mundial de los Institutos Seculares, nosotros, dirigentes generales y delegados/as, interpelados/as por el momento histórico que estamos viviendo, provocados/as por las palabras que el Papa nos dirigió en la carta del 2 de febrero y en el mensaje del 25 de agosto, conscientes de estar, según los carismas que nos caracterizan, «inmersos en el mundo y en la historia, para ser sal, luz, semilla de unidad, esperanza y salvación» (cf. Mensaje del Papa a la CMIS, 25 de agosto de 2022), nos comprometemos a:
Como Institutos seculares, nos comprometemos a «descubrir y promover esa bondad que Dios ha reconocido en las diversas realidades y que ni siquiera el pecado, aun ofuscándola, ha sido capaz de destruir completamente» (cf. Mensaje del Papa a la CMIS, 25 de agosto de 2022).
Acojamos en nuestros corazones las semillas del Reino que crecen hoy en todos los continentes, y especialmente la sensibilidad hacia el respeto de los derechos humanos y de toda criatura.
En este mundo complejo queremos ser «centinelas que miran hacia arriba y hacia delante, con la Palabra de Dios en el corazón y el amor a nuestros hermanos en las manos» (cf. Carta a la Presidente de la CMIS, 2 de febrero de 2022).
Por todo ello, estamos dispuestos/as a trabajar juntos para construir un mundo según el plan de Dios, un mundo justo, libre, solidario y en paz.
El saber que podemos contar con la ayuda del Espíritu Santo anima nuestra esperanza y nuestra misión.
Participantes en la Asamblea de CMIS
Roma, 27 de agosto de 2022