Sororidad 35 – Mayo 2014
20 de marzo de 2014XXVIII Jornadas “Formación de Formadores” 2014 CEDIS
9 de mayo de 2014Escrito por Inés Escobar Calle, miembro de I.S. “Hogar de Nazaret”– Badajoz
«Por una obediencia, hacia una esperanza fiable”
Liberados por la esperanza –Spe salvi-
Convocadas por la Comisión de Formación de CEDIS, celebramos en Madrid, en pleno tiempo Pascual -12,13 y 14 de abril de 2013- la XXVII Jornadas “Formación de Formadores de CEDIS”. Nos reunimos un total de 51 miembros pertenecientes a 15 Institutos Seculares, provenientes de toda España; acudimos a esta cita anual responsables del acompañamiento, la formación inicial y permanente, sabedoras de la necesidad de formación para vivir de forma secularizada una consagración íntegra, fiel y recta.
Con este curso, se concluye, el ciclo formativo trienal -2011/2013-, que nos han permitido, con mucho acierto, adentrarnos en las encíclicas de Benedicto XVI, “Deus caritas est”, “Caritas in veritate” y “Spe salvi”, y enfocar desde ellas los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia respectivamente.
El ambiente que ha envuelto estas jornadas era fresco y motivador, para compartir experiencias formativas, fomentar el diálogo fraterno entre los Institutos Seculares desde el estudio y la profundización en la encíclica “Spe salvi”, e iluminar, desde la propuesta de Benedicto XVI, la vivencia del voto de obediencia –liberados por la esperanza- en secularidad consagrada.
Durante estas jornadas nos acompañó el Rvdo. D. Andrés Huertas, sacerdote de Madrid y Director del CEFOR: “Centro de Formación para laicos”; desde un principio, mostró sus dotes de ser verdadero y gran pedagogo, introduciéndonos en el documento de trabajo con convicción, firmeza y clarividencia. Nos marcó el esquema de trabajo temporalizando los grandes apartados en correlativas sesiones; interrumpidas éstas, para reponer fuerzas, con descansos donde compartir saludos, opiniones y vivencias, al olor de un café, entre personas unidas y convencidas de estar en los mismos surcos de la historia.
Jornada del sábado distribuido en mañana y tarde:
- Esperanza y sentido de la vida –puntos del 1 al 16
- Transformación de la Esperanza cristiana en los tiempo modernos (16 al 23)
- Verdadera fisonomía de la Esperanza (24-32)
Mañana del domingo:
- Lugares de aprendizaje y del ejercicio de la esperanza (32-48)
- Maria estrella de la Esperanza (49-50)
A través de bellas y claras exposiciones, desgranando interrogantes que su Santidad Benedicto XVI nos propone a personas consagradas y a todos los fieles laicos sobre la esperanza cristiana, nos introduce, sacamos conclusiones y abre pistas para profundizar y vivir de las fuentes de la Esperanza. Nos lleva a descubrir que el mensaje de esta encíclica no solo es formativo, como bien nos explicara, sino performativo, es decir “realidad que realiza lo que anuncia”. Su mensaje ha supuesto para nosotras, las allí presente, una realidad que comunica, que me salva, me transforma y me cambia.
No solo han sido unos días en los que hemos recibido formación sino que, con esta formación hemos de caminar, realizar un CAMINO, ofreciendo contenidos que operen en nuestra afectividad, sensibilidad, y nos abra al deseo de interioridad con Dios, desde la firmeza de la fe, enraizadas en el amor para mantener una esperanza vivida comunitariamente, creando diálogos positivos y abiertos al “nosotros” dejando de estar encerradas en el yo.
Nos invita a que profundicemos y practiquemos el vivir desde la esperanza con buenas dotes de paciencia, perseverancia y constancia para que, nosotras mujeres inmersas en el mundo, realicemos una misión sanante, esforzándonos y trabajando para conseguir ser personas con salud: alegres, gozosas, gratuitas; en definitiva, formar y ser personas sanas.
El futuro hemos de verlo como “gracia” y “don”, desde una lectura positiva de lo que me ha pasado y de lo que está por pasar. Dejar la puerta abierta siendo receptores positivos para construir comunidades orientadas al futuro siempre desde el “nosotros”.
En la segunda parte de la mañana del sábado, en la que trabajamos los puntos de la encíclica del 16 al 23, con habilidad convincente, nos ayuda a interrogamos sobre las concepciones de salvación y los criterios aplicados en tiempos modernos, saliendo fortalecidas y animadas a “construir un nosotros abiertos a la esperanza”, siendo conscientes de que la fe no es cuestión privativa y recluida a la persona, sino que es dinámica e interfiere en la sociedad secular dando esperanza para conseguir un mundo más justo. El estudio de estos puntos nos invita a encontrar un método interior desde la performatividad, con el convencimiento de que nuestra vida no solo es un quehacer teórico sino existencial.
Nos estimula a que reflexionemos sobre el método pedagógico que utilizamos y el diseño de persona que tenemos en la cabeza, puntualizando puntos de interés para realizar un acompañamiento equilibrado y coherente, haciendo hincapié en cómo razón y fe se necesitan mutuamente para realizar la misión. Nos invita a leer y trabajar: «Homo viator», de Gabriel Marce; libro donde se considera que el ser humano está siempre en camino siendo el único modo de responder a los diferentes interrogantes que se van planteando a lo largo de la existencia: el otro, la familia, la inmortalidad, los valores, la salvación, la experiencia del espíritu; en sus páginas, no existe rastro de desánimo y abatimiento, sino una gozosa esperanza fundada en ese «vivir soñando». Y, el libro de “Proceso de convertirse en persona” de K. Roger, donde se favorece una relación de búsqueda y maduración afectiva.
Siguiendo el estudio de la encíclica se nos interpela sobre la necesidad de acompañar y ayudar a la construcción del sujeto, no desde el hacer sino desde la acción moral en alteridad, abriéndonos a la fuerza salvadora de la fe que aporta un “plus” a la razón para impulsar al crecimiento moral arrastrando consigo a la voluntad para vivir plenamente el “ser”.
Construir ESPERANZA en nuestras vidas para salvación propia y los que vendrán detrás, pasa por abrir cauces y perspectivas de maduración teniendo en cuenta al otro, no vivir mi propia voluntad; construir, diseñar y crear estructuras que orienten y ayuden a crecer y madurar; mover y motivar para conseguir respuestas positivas desde una oración y encuentros performativos con Dios; diseñar herramientas que nos ayuden a seguir en el camino del crecimiento en todos los niveles de la persona y nos mantengan en el camino con la “convicción y el deseo de seguir”.
Somos llamadas a renovar y crear continuamente fragancias de estructuras vivas que hagan crecer el carisma, desde la fidelidad y libertad en obediencia liberadora; para este fin nos urge recuperar la “vida evangélica” viendo qué elementos evangélicos vertebran específicamente nuestro carisma y poner en marcha estrategias operativas que nos ayuden en el seguimiento a Cristo verdadero motor de nuestra historia.
¿Qué contaros de la mañana del domingo?
Comenzamos con una Eucaristía gratificante y gozosa. La acción del Espíritu se sentía y palpaba en cada gesto y acción; nos abrimos y pusimos nuestras vidas y proyectos en las manos de Dios Padre con el pleno convencimiento de su presencia y su amor a todos. Conscientes de la unión con Dios, como los primeros discípulos responder sin miedos a su llamada y enfrentarnos con valentía a las adversidades presentes, con la seguridad de no estar solas sino que Cristo resucitado está en medio de nuestras realidades. El silencio, recogimiento cubría la capilla y al salir de ella solo se oía ¡Gracias Señor por este regalo!
Tras un suculento desayuno compartido en un clima fraterno, lleno de alegría y paz, pasamos a desgranar el apartado del documento que nos correspondía: Lugares de aprendizaje de la Esperanza donde Dios mismo se hace comunicación para nosotras:
a) Oración: “Hacer sitio a Dios en mi interioridad, dejar que El me dirija su Palabra preformativa y configure mi interioridad con su espíritu”. Nos estimula sobre la necesidad de acudir a menudo y diariamente al “Gimnasio de la Oración” desde la gratuidad y el silencio, para escuchar a Dios, dejando que EL nos vea y transforme; y, a ser cauces para que el Señor llegue a los demás: aprender y enseñar a orar, crear espacios atractivos donde la persona se encuentre con Dios en medio del mundo, compartir nuestra oración de forma interpelativa.
b) Actuar y sufrir.“Toda actuación seria y recta es Esperanza en acto”. Estamos llamadas desde nuestra vocación secular a ser generadoras de Esperanza abriéndonos a la Verdad, el Amor y el Bien. Estando presentes en las realidades de dolor y sufrimiento que vive el mundo actual compartir, acompañar, consolar, acoger y compadecer con las personas que nos rodean; en definitiva hacer sitio, “huecos”, en el mundo para que Dios llegue a él, le de ánimo y orientación en los proyectos de vida, aumente deseos de vivir, desde un recto obrar, descentrándonos de nosotros mismos
C) Juicio, como lugar de aprendizaje y ejercicio de la esperanza. Jesús está permanentemente viniendo en gloria en tu vida y en la mía, aquí y ahora. Hemos de acentuar el esplendor de la esperanza desde opciones liberadoras, desde el Amor y la gratuidad. Ser consciente que la perspectiva de la fe en Cristo no mira hacia atrás, sino hacia delante; tener el convencimiento de que el amor nos abre a una vida que nos redime día a día, y hemos de encontrarnos “resucitando” un día y otro al servicio del Amor. Se nos insta a que a la luz de la sentencia última sigamos engendrando estructuras y acciones amorosas donde nos encontremos y ejerzamos nuestro servicio.
Llegamos, guiados de la mano de Maria, al final de estas charlas gratuitamente “performativas”, porque verdaderamente si releemos y profundizamos sobre estos días han de suponer un cambio en nuestro camino y quehacer. María estrella de la Esperanza, que con su sí abrió la puerta de nuestro mundo a Dios mismo, nos sirva de ejemplo y sigamos su estela en nuestras vidas; enséñanos a creer, a amar y a esperar Contigo siempre con nuestras puertas abiertas.
Nuestros fundadores/as dieron respuestas al mundo desde el carisma inspirado por el Espíritu Santo, en estos momentos nosotras hemos de impregnar nuestra sociedad con el carisma propio recibido, recreándolo y viviéndolo con gozo y ardor. Ser signos, de que Dios libera, salva y ama y, sepamos dar respuestas convincentes de que Dios sigue presente en nuestro mundo gratuitamente; seamos sembradores de Esperanza desatando nudos y llevando alegrías, siendo evangelizadores desde lo que somos en comunión y fidelidad a nuestro carisma para ser verdaderos “laboratorios experimentales” desde donde la Iglesia verifica el Amor de Dios vivificado en Jesucristo.
No podemos terminar esta reflexión sin mostrar la alegría que supuso la noticia que nos transmitió Lidia Jiménez, presidenta de CEDIS. Por fin, tras un largo periodo de negociaciones y esfuerzos, se ha conseguido la fundación de la Cátedra: “Iglesia, secularidad, consagración” en la Universidad Pontificia de Salamanca. El acto de presentación oficial tendrá lugar el jueves, 2 de mayo a las 12,30h en el aula Magna.
Termino con un ¡Gracias, Señor! por estos días compartidos y vividos en un clima de fraternidad, alegría y reclamo personal para agilizar el paso en el Camino de la formación personal y comunitaria en nuestros institutos, con el convencimiento de que estos días no hemos recibido solamente una comunicación de ideas y contenidos, que se deben saber, sino una comunicación y estudio que estimula hechos y cambia la vida.
Inés- Hogar de Nazaret