AUXILIARES DE JESÚS MAESTRO DIVINO

M. Carmen Montero
Vargas 45, 8º A
39010 – SANTANDER
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CARISMA

La Auxiliar de Jesús le sigue en el mundo, a través de los Consejos Evangélicos y ejerciendo el apostolado orientado a la formación integral de la juventud rural y obrera, para formar familias cristianas.

Colaboración en la Pastoral Diocesana aportando su ayuda en viva comunión con la Jerarquía, con un apostolado de suplencia en lo que sea propio, donde habitualmente no hubiera sacerdote y se encontraren miembros, y la entrega con un carácter universal en todas aquellas obras que se juzgaren más eficaces y aportaciones en cada tiempo y en cada región en orden a sus fines específicos.

FUNDADOR

Nuestro Padre Juan Rey Carrera, sacerdote jesuita, nació el 27 de septiembre de 1897 en el pueblo palentino de Amusco. Su vocación y lo mismo la de sus 3 hermanos se debió a la sólida piedad religiosa de sus padres. Se ordenó sacerdote el 30 de julio de 1928, después pasará a Salamanca para la Tercera Probación, donde publica su primer libro en Homenaje a San Agustín en su milenario, y al que siguen un elevado número de libros hasta el final de sus días, la mayoría con numerosas ediciones y su traducción a distintos idiomas.

Formador de novicios, profesor del juniorado, escritor, predicador, y otros ministerios sacerdotales y docentes, hasta su nuevo destino como superior de la residencia de León y director de varias congregaciones marianas muy florecientes, donde comenzó a reclutar algunas jóvenes interesadas en ingresar en la fundación que empezaba a formar y evangelizar familias y jóvenes rurales, animado por el obispo de León Monseñor Luis Almarcha y que fue quien la aprobó en 1956 como Pía Unión «Auxiliares de Jesús Maestro Divino».

Siempre se conoció el deseo del padre por elevar la situación espiritual de la mujer de campo y de los suburbios ciudadanos, para que pudieran crear familias cristianas. En este sentido ha sido modélica la gran Obra Social en un barrio de Santander, durante 20 años, facilitando viviendas y otras ayudas y levantando una Capilla, que atendía como Capellán, dos escuelas y Escuela-hogar, a la vez de una dedicación intensa en dirección espiritual, ejercicios espirituales y otros asuntos.

Falleció el 14 de junio de 1974. De sus virtudes -recogió la prensa- como nota fundamental su laboriosidad incansable en diversos campos y como gran evangelizador predicando, escribiendo y a través de la radio, con una piedad sólida y constante. Posteriormente siguen las gestiones en Roma y se aprueba como Instituto Secular de Derecho Diocesano en 1985, por el obispo de Santander Mons. Juan Antonio del Val.