Misioneras Apostólicas de la Caridad

Mi experiencia: Algo inesperado me priva de la libertad, mientras dure la aprueba no puedo salir de casa… los medios de comunicación me hablan de terrible epidemia, muertos por miles. Parece que éramos tan fuertes y un simple bichito, que no se ve a simple vista, tiene en jaque  al mundo entero. Yo tomé todo esto como un acto de obediencia. El día completamente ocupado: más oración, una gran confianza en la protección de Dios, y así comencé a hacer apostolado de la Medalla Milagrosa, Detente, Rosario, Misas, Salmos, etc. No he perdido nunca el contacto con mi Instituto, familiares y amistades, incluso surgieron nuevas. Muchas veces me venía el recuerdo de los encarcelados, aunque la causa fuera distinta. Dios nos creó libres y necesitamos la libertad.

Descubrí que a través de las redes sociales se puede hacer mucho bien, y es un gran medio para  evangelizar y un enriquecimiento personal enorme. ¡Cuánto aprendí con la cantidad de testimonios, conversiones impresionantes y las catequesis de sacerdotes muy bien preparados y con un gran espíritu!

Pude participar, junto a otras personas, vía telefónica directamente, en la Eucaristía, Rosarios y Retiros que un Padre lleno de santa unción nos impartía. Se oraba por todos, vivos y difuntos, y luego se comentaban las experiencias. Maravilloso… previamente había proyectos para ejercitarse en la paciencia y esperar el tiempo de Dios.

Vivo el presente y espero el futuro con fe y esperanza, mucha confianza en la providencia de Dios que lo puede todo, y sé que no nos falta nunca la intercesión de nuestra Madre del Cielo. En muchos detalles he visto que la divina providencia ha estado preparándome para este tiempo.

¡Bendito sea por siempre el Señor! Gracias.

Milagros Arias López
Misionera Apostólica de la Caridad